25/7/14

El marxismo romántico de José Carlos Mariátegui

José Carlos Mariátegui
✆ Emilio Pettoruti
[Obra inconclusa, Frascati, Italia]
Michael Löwy   |   José Carlos Mariátegui no es solamente el marxista latinoamericano más importante y el más creativo, sino también un pensador cuya obra por su fuerza y originalidad, tiene un significado universal. Su marxismo herético guarda profundas afinidades con algunos de los grandes pensadores del marxismo occidental: Gramsci, Lukács o Walter Benjamín.

Nacido en Moquegua - Perú - en 1894, Mariátegui es un joven periodista que empieza a interesarse por las ideas socialistas en 1918. Pero es durante su estadía en Europa – sobre todo en Italia – de 1919 a 1922, que estudiará el marxismo y se acercará al movimiento comunista. En 1921, como corresponsal del diario peruano “El Tiempo”, asiste al Congreso del Partido Socialista Italiano en Livorno, donde la corriente de izquierda (Gramsci, Bordiga) se separa para formar el Partido Comunista. Ese año, Mariátegui se casa con la joven italiana Anna Chiappe. En 1923 regresa al Perú y participa en la Universidad Popular y en la revista de izquierda “Claridad”. Víctima de una grave enfermedad, los médicos se ven obligados a amputarle la pierna derecha al año siguiente. En 1926 acepta la invitación de Víctor Raúl Haya de la Torre para participar en la Alianza Popular Revolucionaria Americana, APRA, concebida inicialmente como una suerte de frente único antiimperialista. Ese año, Mariátegui funda la Revista Amauta donde publica textos de Rosa Luxemburgo, Lenin, Trotsky, André Bretón y Máximo Gorki, además de autores peruanos y latinoamericanos.

El concepto de ideología en el Marx maduro

Karl Marx
✆ P. Nasarov
& N. Gereljuk, 1920
Luis Felip López-Espinosa  |  En los textos del Marx maduro encontramos planteada una teoría del método científico (en economía política) entendido como proceso de «aproximaciones sucesivas». El punto de partida de la investigación no es la experiencia sensible, sino una representación (Vorstellung) caótica de la totalidad. El punto de partida del proceso de conocimiento es, para Marx, la ideología. En nuestra lectura del apartado del fetichismo de la mercancía en El capital descubriremos las resonancias lacanianas del planteamiento de Marx.
“Contrariamente a la ilusión ideológica (...) del empirismo o del sensualismo, una ciencia no trabaja nunca sobre un existente, que tendría por esencia la inmediatez y la singularidad puras («sensaciones» o «individuos»). Trabaja siempre sobre lo «general», aun cuando tenga la forma de un «hecho». Cuando se constituye una ciencia, por ejemplo la física con Galileo o la ciencia de la evolución de las formaciones sociales (materialismo histórico) con Marx, trabaja siempre sobre conceptos ya existentes (Vorstellungen), es decir, sobre una Generalidad I, de naturaleza ideológica, previa. | Louis Althusser, «Sobre la dialéctica materialista (de la desigualdad de los orígenes)», en La revolución teórica de Marx, México: Siglo XXI, 1999, p. 151.