18/7/14

Marxismo y Sociología

Karl Marx ✆ Natalia Rizzo
Henry Lefebvre   |   Un estudio detallado de los estudios de la Escuela sociológica francesa descubriría las profundas razones de sus debilidades, de su estancamiento, de su necesidad de renovación, que nadie hoy (parece) piensa negar. Resumamos aquí brevemente las conclusiones de este análisis crítico, que desborda el marco de un simple artículo y que será efectuado en otro lugar.

1. La Escuela sociológica francesa no ha tenido una noción clara del “hecho sociológico”. Ella ha oscilado y oscila todavía entre dos concepciones, una que representa el “hecho sociológico” como una cosa, pues como una entidad abstracta, metafísica, exterior a la actividad, a la voluntad y asimismo, a la consciencia de los seres humanos (Durkheim), la otra que reduce los hechos sociales a unos hechos psicológicos individuales (la imitación de Tarde; la teoría “psicológica” del valor, aceptada por todos los economistas no-marxistas, etc.). Estas dos concepciones tienen en común su idealismo. Aunque se tratase de “representaciones colectivas” o de “motivaciones individuales” —de un “ser social” o de una colección de consciencias individuales— el hecho sociológico y humano se presenta como cortado de sus relaciones concretas con el poder del hombre sobre la naturaleza material, con las relaciones sociales prácticas de los seres humanos entre ellos.