2/5/14

Paisaje después de la tormenta | Marx y la fe en el progreso

Karl Marx ✆ Kolles 
Luis Arenas  |  Un nuevo fantasma se cierne hoy sobre nuestro mundo. Y desde luego resulta evidente que no se trata del fantasma del comunismo que anunciaran Marx y Engels en 1848. No. Lo paradójico es que, al menos en Europa, lo que se extiende como un espectro amenazante es la figura de un capitalismo al que los sucesos de la última década parecen haber dejado desorientado, extenuado y, sobre todo, privado de los fundamentos de legitimidad que atesoró en el último medio siglo. No importa dónde dirijamos la mirada, la sensación se repite: desde los comités de dirección de las empresas trasnacionales hasta las plazas de los suburbios más depauperados, la constancia de que algo en el mundo ha cambiado drásticamente se ha instalado como un dato que no admite discusión.

Más aún: hay algo de ininteligible, de mundo al revés, en los paradójicos hechos que rodean la actual crisis de identidad que vive el capitalismo. ¿Cómo entender el hecho de que a la crisis financiera de 2008 Estados Unidos, el país capitalista por antonomasia, respondiera nacionalizando la banca mientras que al mismo tiempo la vieja Rusia excomunista –presidida aún por un ex-director de la KGB– clamara al cielo por el derrumbe de las cotizaciones bursátiles de la bolsa de Moscú? Ni Karl