4/4/14

Marx y Ucrania | Contra la ‘Realpolitik’ infantil

  • “Jamás olvidaremos que los trabajadores de todos los países son nuestros amigos y los déspotas de todos los países nuestros enemigos.” | Primer Manifiesto del Consejo General de la Iº Internacional sobre la Guerra Franco-Alemana, 19 de julio de 1870
Karl Marx ✆ Rudolf Herrmann 
Nicolás González Varela  |  En las revoluciones burguesas europeas de 1848-1849, que removieron e hicieron salir al escenario de la Historia a muchas nacionalidades oprimidas, resultaba característico que, siempre que el movimiento ucraniano se incrementaba en fuerza y voz, lo declarasen de inmediato como “invención” de cualquier “potencia foránea” o del mismísimo maquiavélico Metternich; incluso en la Rusia prerrevolucionaria se consideró entre los socialdemócratas que la cuestión nacional ucraniana era una “quimera” o bien de Bismarck, o bien del “Estado Mayor alemán”, o incluso del Vaticano. Ucrania era una falsa tierra irredenta. En la prensa burguesa revolucionaria se etiquetaba a los ucranianos como un pueblo ahistórico, contrarrevolucionario de “campesinos y popes”. Cuando en 1890 Engels escribió en Ginebra para el diario Sotsialdemokrat ruso su estudio sobre “La política exterior del Zarismo” (por cierto, puesta en el Index por Stalin), los editores Vera Zasulich y el padre del Marxismo ruso, Plejanov protestaron escandalizados contra un pasaje en el cual Engels designaba a los ucranianos como nacionalidad “especial, diferente de los rusos” y que habían sido anexionados “por la fuerza” en 1772. El marxismo ruso ortodoxo, del cual evolucionó el nacionalbolchevismo stalinista, consideraba a los ucranófilos (antiguos “rutenos” bajo la nobleza polaca y el zarismo) con desprecio y hostilidad. No era raro que entre 1918-1919 el Ejército Rojo fusilara a gente en Ucrania