Karl Marx ✆ A.d. |
Robert Kurz | Cuando
se celebran aniversarios del nacimiento, de la muerte u otras fechas
conmemorativas, que se refieren a un lapso de tiempo de más de cien años, en
general el objeto de la memoria se ha convertido ya en pieza de museo, ya ha
sido clasificado como artefacto de un pasado muerto y ya no constituye motivo
de excitación. Las páginas culturales, los notables de la cultura y los
administradores de la historia pueden celebrar sus eventos e inclinarse
cómodamente sobre los documentos puestos en una vitrina, de aquello que un día
hizo latir más deprisa los corazones. El Manifiesto
del Partido Comunista de 1848, escrito por dos jóvenes intelectuales,
entonces casi desconocidos, Karl Marx y Friedrich Engels, continuó durante
mucho tiempo sorprendentemente actual. Un texto que, más de un siglo después,
suscita aún un odio rabioso y es repetidamente prohibido, al mismo tiempo que
se difunde igual que la biblia, debe de contener material intelectual verdaderamente
explosivo para toda una época.
No obstante, el Manifiesto
Comunista ya no puede festejar su 150º aniversario como texto relevante
apasionadamente controvertido, en medio del tumulto de las luchas sociales. En
algún momento durante los años 80, lo más tardar con el gran viraje