Béla Kun ✆ Tetra Kephaloi |
Alan Woods | El
21 de marzo de 1919, se proclamó la República soviética húngara. El 1 de
agosto, ciento treinta y tres días después, este capítulo heroico de la
historia de la clase obrera húngara, terminó con la entrada en Budapest del
ejército blanco rumano. Si el proletariado húngaro hubiera triunfado, habría
terminado con el aislamiento de la República obrera rusa. Junto a la revolución
húngara la breve experiencia de la República Soviética Bávara, desde el 7 de
abril hasta el 1 de mayo de 1919, demostró que la marea de la revolución que se
estaba extendiendo de Oriente a Occidente, parecía tener un impulso
irresistible. Si se hubiera consolidado el estado obrero húngaro, en pocos
meses, la revolución habría llegado a Viena y Berlín, donde la clase obrera
estaba en una situación de fermento revolucionario. El triunfo de la revolución
alemana habría cambiado el curso de la historia humana. La revolución húngara
de 1919 ha entrado en los anales de la historia como otro episodio heroico
similar a la Comuna de París en 1871. Hoy en día, estudiar las causas de su
fracaso, nos ayudará a comprender los procesos que llevan hacia la transformación
socialista de la sociedad, y también a estar mejor equipados para la lucha por
el socialismo.
El atraso histórico
de Hungría
En 1919, la sociedad húngara se caracterizaba por ser una
estructura arcaica que a lo largo de los siglos se había mantenido más o menos
intacta. La reacción