5/9/13

El capitalismo español en el siglo XXI: ¿Qué lugar en la economía mundial? | Enfoque kaleckiano y neomarxista

Michal Kalecki
✆ Javier López  Bernardo
Alberto Garzón Espinosa [Especial para Ñángara Marx]  El capitalismo español está enfrentando una severa crisis que revela que los fundamentos de su crecimiento reciente eran extraordinariamente frágiles. Utilizando un marco teórico de inspiración neomarxista y kaleckiana analizamos los desequilibrios comerciales y financieros de la economía española en su inserción en la economía europea y la economía mundial. Asimismo valoramos el papel de la desigualdad y el endeudamiento en este proceso

1. Introducción
“El capital es la sangre que fluye a través del cuerpo político de todas aquellas sociedades que nosotros llamamos capitalistas, extendiéndose, algunas veces como un goteo y otras veces como un torrente, en cada recoveco y rendija del mundo inhabitado. Es gracias a este flujo que nosotros, quienes vivimos bajo el capitalismo, adquirimos el pan diario así como nuestras casas, coches, móviles, camisetas, zapatos y todos los bienes que necesitamos en nuestra vida diaria. A través de este flujo la riqueza es creada desde los muchos servicios para la manutención, el entretenimiento, la educación, y otros que obtenemos. Estableciendo impuestos a este flujo los estados aumentan su poder, su poderío militar y su capacidad para asegurar un estándar de vida adecuado a los ciudadanos. Con la interrupción, el estancamiento o, incluso peor, la suspensión del flujo nos encontramos con una crisis del capitalismo en la cual la vida no puede continuar más tiempo en la forma en la que estábamos acostumbrados” | David Harvey (The Enigma of Capital)
 España está en crisis porque se ha interrumpido el flujo del capital, de forma que no se crea más empleo y cada vez es más difícil acceder a los bienes y servicios a los que estábamos acostumbrados hasta ahora. El ciclo del capital, ese flujo de sangre que circula a través de nuestras economías, se ha roto por diferentes partes y los gobiernos no logran encontrar la forma de taponar las heridas para poder reactivarlo.